EL FONTAÑÁN 1629m

 

 

 

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Mapas de referencia: Mapas del IGN a escala 1:25000, 129-I (Carrocera) y 129-II (La Robla).

                           Para algunos descensos pueden ser interesantes el 103-III (Los Barrios de Gordón) y el 103-IV (La Pola de Gordón)

 

   

 

 

 

Vamos a recorrer una de las grandes estructuras geológicas de la Cordillera Cantábrica, el Sinclinal de Alba, y a subir a una de las cimas del reborde sur de dicha cordillera, el Fontañán.

En cuanto a la estratigrafía de las rocas sobre las que vamos a caminar, estamos en una zona ligeramente distinta al resto de la zona central de la Cordillera Cantábrica. Caminaremos al lado de rocas del Carbonífero inferior, en lo que los geólogos han denominado genéricamente Formación Cuevas (Wagner et alt 1971), con alguna discusión en cuanto a su nominación por parte de otros geólogos.

El Sinclinal de Alba es una gran estructura observable a nivel cartográfico y que llega desde Los Barrios de Luna hasta cerca de Cistierna. Se trata de un gran sinclinal de plano axial ligeramente vergente al sur, con eje aproximadamente E-O, buzando ligeramente al este. El núcleo está muy replegado y dibuja dos sinclinales separados por un estrecho anticlinal y, en esta zona, la parte central cabalga hacia el norte, justo por debajo (al sur) del la Peña Fontañán. A lo largo de la ruta observaremos la repetición de las formaciones rocosas a un lado y otro de esta estructura.

A nivel de afloramiento, el núcleo del sinclinal de Alba está fuertemente replegado y aparecen numerosísimos pliegues de tamaño decimétrico/métrico. Se trata de pliegues de acomodación, asimilados a los conocidos como pliegues tipo Chevron o Mullion. Para ver su origen podríamos hacer una simulación con un paquete de folios que doblaremos formando un sinclinal, sujetando con ambas manos para que no se deslicen los folios entre sí. Como literalmente no caben, se doblarán en pequeños pliegues de acomodación en los flancos y en el núcleo.

 Geológicamente nos encontramos sobre rocas de edad Carbonífero (Namuriense), en la denominada Formación Cuevas. Vamos a recorrer un tramo que constituye un sinclinal y un anticlinal sucesivos, que a su vez forman parte de una gran estructura conocida como Sinclinal de Alba. La formación Cuevas tiene tres miembros. Nos encontramos en el primero, conocido también como Formación Olleros, formado por cuatro series rocosas sucesivas, lutitas, limolitas y areniscas grises y verdosas, con alternancia de areniscas amarillentas con nódulos de siderita, le siguen areniscas de grano grueso y microconglomerados y termina con una brecha de matriz margosa y clastos calizos redondeados. Tendría un origen de carácter turbidítico (depositadas en un medio marino de una plataforma inclinada que permite un deslizamiento por gravedad conocido como corrientes de turbidez), con algunos lentejones calizos intercalados. Parece ser que existiría una cuenca situada por delante de un abanico submarino que tendría una zona levantada hacia el O-SO que serviría de área fuente de los sedimentos. Posteriormente todo evolucionaría hacia sistemas de abanicos turbidíticos con deslizamientos por gravedad y terminando en Debris Flow de grandes cantos carbonatados en relación con un depósito de talud deposicional.

Comenzamos la ruta en una gran curva de la antigua carretera que bordeaba Olleros de Alba. Un panel indica la ruta. Una pista asciende por la margen izquierda del arroyo que discurre paralelo a ella. Las laderas están cubiertas de helechos y matorral y bordeando el arroyo chopos, sauces y vegetación de ribera.

 

 

Enseguida aparece una pequeña cascada, “El Salto”, mientras el valle se va estrechando hasta convertirse en una hoz.  (WP1)  Unas mesas de piedra en una pequeña chopera para los más domingueros, pero nosotros seguimos el camino que apenas ha comenzado.
Comienza entonces el segundo miembro de la Formación Cuevas, constituido por una potente sucesión de calizas tableadas muy replegadas con estructuras de deslizamientos a las que se superpone una fuerte deformación tectónica al formar el núcleo de un sinclinal, pudiendo observar numerosos pliegues muy apretados y pequeñas fallas de todo tipo. Puede asociarse a la Formación Barcaliente del resto de la Cordillera Cantábrica. Se trataría de depósitos de plataforma carbonatada somera, quizás de tipo lagoon, de baja energía.

Caminamos ahora entre paredones calizos con estratos bastante verticales y muy replegados. Hacia la mitad de la garganta un valluco a la izquierda nos lleva a un pequeño desfiladero, el Callejón de Castrillos, que merece una visita. Estrecho desfiladero de apenas unos metros de anchura en algunos puntos. Líquenes, vegetación rupícola y algún majuelo (Crataegus monogina, espino albar), y espectaculares pliegues en la roca nos acompañarán. (WP2). Estamos cruzando un paisaje kárstico formado por la acción del agua sobre la caliza, una acción “corrosiva” que da forma a grutas, agujeros, simas…

En la parte alta de la garganta aparece un encinar bien conservado. La encina, aunque árbol de tierra más seca, aprovecha la porosidad del terreno calcáreo que elimina rápidamente el agua y se adapta muy bien a estas zonas de media montaña Cantábrica, ocupando las laderas sur. La hoz se encuentra cerrada por una portillera que impide el paso del ganado. (WP3).

En las paredes espectaculares pliegues de todo tipo, microfallas y multitud de estructuras formadas por la intensa tectonización de estas calizas. Después de la portillera aparecen nuevas encinas sobre la caliza, algunas de buen porte.

 

 

(WP4). Termina la serie caliza. Nos encontramos en el otro flanco del sinclinal y de nuevo vemos el primer miembro de la Formación Cuevas, lutitas, areniscas y algún lentejón calizo.

Al final de la garganta el valle se va abriendo poco a poco. El encinar desaparece y empiezan a verse robles de Quercus pyrenaica y matorral de urces (brezos) y escobas, lo que nos indica un cambio en el suelo, que va a será ahora de naturaleza terrígena (silícea). Las urces (brezos) fueron muy apreciados por su madera, que se utilizaba para hacer utensilios y sus raíces para fabricar carbón vegetal. Esto, unido a que eran ramoneados por las cabras, mantenía el matorral ralo. Hoy en día la ausencia de rebaños ha hecho que haya proliferado mucho y a veces cierra caminos poco transitados.

Comienza una serie alternante de lutitas y areniscas con calizas y dolomías, que nos plantean algunas curiosidades. Las encinas las encontraremos siempre sobre terreno calcáreo y los robles sobre rocas terrígenas (lutitas y areniscas), pero en todo este tramo vemos robles en zona calcárea y encinas sobre lutitas y areniscas. Esto es sólo una apariencia. Si nos acercásemos veríamos que, o bien nos hemos equivocado al observar de lejos el terreno, o, más posiblemente, la causa sea el suelo. En estas laderas se producen derrubios de las zonas altas que hacen que el suelo tenga en muchas ocasiones distinta naturaleza que la roca madre sobre la que se asienta.

(WP5) El camino se ve invadido por el arroyo de San Martino, que confluye en el arroyo de la Braña.

A la derecha, arriba, una majada con chopos repoblados.

Justo delante, a la izda, una cresta caliza forma el núcleo de un anticlinal que cabalga a toda la serie más al norte.

(WP6) Más arriba el valle se abre, desaparece el bosque y aparece un pastizal de nuevo sobre terreno calizo. Al lado del camino alguna muestra de la acción kárstica del agua nos deja pequeñas cuevas, maltratadas por algunos desalmados que las han llenado de basuras y pintadas y agujeros de karstificación que aprovechan el núcleo de pequeños pliegues. Desaparece el ruido del agua, que circula ahora bajo tierra.

La cueva se encuentra en el núcleo del primero de los sinclinales del núcleo del gran Sinclinal de Alba.

(WP7) Estamos en Las Brañas. Ya casi no se ven, dispersos por las laderas, los restos de los chozos que hace no mucho guardaban una intensa vida pastoril.

De frente, a lo lejos, vemos una gran antena, que nos puede servir de orientación pues deberemos pasar por ella.

El camino continúa ascendiendo, ahora en dirección noroeste, a veces con buena pendiente, hasta terminar en el Collado de las Yeguas (WP8).

El collado está en el núcleo de un sinclinal, que sigue una línea hacia el collado del WP11.

Este sinclinal nos permite ver las rocas más modernas de esta zona, las que corresponden al tercer miembro de la Formación Cuevas. Se trata de alternancias de lutitas oscuras con niveles de hasta 10 metros de paraconglomerados con clastos cuarcíticos pequeños y ,atriz areniscosa, litarenitas y, hacia techo, niveles calizos. Los conglomerados y areniscas se parecen, a simple vista,  las crestas de la cuarcita de Barrios del ordovícico, debido a su ornamentación de líquenes. No las confundamos. Parece que su origen estaría en el relleno del surco turbidítico de los miembros anteriores de la Formación Cuevas. Cronológicamente se asociaría a la Formación San Emiliano del resto de la Cordillera Cantábrica.

 

El camino gira casi 180º y se dirige ahora hacia el este, en dirección al Fontañán que ahora tendremos al frente. La pista atraviesa un robledal y un poco más allá termina en un collado que da vista a la zona de Gordón, en el que hay instalada una gran antena (WP9). Contrastes de la vida moderna.
Un poco más adelante termina la pista en un collado que nos deparará estupendas vistas. Abajo, hacia el norte, el valle de Gordón. De frente, también hacia el norte, numerosas cimas conocidas, Brañacaballo, Fontún, Correcillas, Valdorria, Peña Galicia, Tres Marías…
La ruta sigue entre enebros y arandaneras y caminaremos casi por la cresta, aprovechando los restos de camino que no se encuentran cerrados por el matorral. Una última subida por veredas casi cerradas por las urces nos llevan a la cresta cimera por la que sin dificultad alcanzaremos la cima del Fontañán, a 1629 metros de altitud. Habremos tardado unas dos horas. Desde la cima observamos una buena perspectiva de la zona central de la Cordillera Cantábrica. Peña Ubiña la fondo y Amargones, Tres Marías, Cerro Pedroso Fontún, Brañacaballo, Cueto de Pola, Correcillas, Peña Valdorria, Peña Galicia… son algunas de las cimas que nos rodean. Abajo, hacia el norte, el valle de Gordón. Al sur el valle de Alba y La Robla y al fondo la meseta terciaria nos insinúa la capital leonesa.

 

 

 

Para el descenso tenemos diversas opciones, pero nos vamos a decidir por volver por encima del desfiladero, recorriendo la zona alta del valle. De la cima bajamos por la cresta, primero en dirección suroeste y enseguida girando al sur en dirección a un pilón de agua que se ve en una pista al fondo. Bajamos buscando el mejor camino entre la escalera de estratos calizos para no pisar entre el poblado enebral que cubre la zona. Llegamos al pilón de la fuente donde podemos reponer agua. La pista baja hacia una cantera de caliza y al pueblo de Sorribos, pero nosotros giraremos hacia el oeste, subiendo primero un poco por pista y luego siguiendo por un buen camino que enseguida va hacia abajo. Entramos en un bosquete de robles, alguno de buen tamaño, pisando por un terreno de alternancia de areniscas y lutitas. Llegamos a un collado con un gran majuelo seco. Un profundo valle baja hacia el oeste. Podemos seguirlo y llegaríamos a la altura de la portillera que cruzamos en la subida en medio de la garganta, y frente al callejón de Castrillos. Nosotros optamos por seguir el camino de frente, en dirección más o menos suroeste, bordeando sin perder altura la Peña del Negro. Cruzaremos una nueva portillera para el ganado situada en la cresta que baja de esta peña. El camino toma ya un marcado descenso en dirección a una pista que se ve al fondo. Al llegar a la pista giramos hacia el oeste y seguimos por ella unos doscientos metros. Dejamos la pista que da una gran vuelta y bajamos ya por terreno sin senda, buscando el mejor camino entre el matorral, para llegar enseguida a la pista principal, muy cerca del punto de salida. Habremos tardado sobre 1h desde la cima y unas 3h 30min en el total de la excursión

 

Recuerdos de la guerra civil: La cima y alguna de sus laderas conservan los restos de la cruenta defensa que las milicias republicanas intentaron hacer frente al ejército golpista en la guerra civil. En los primeros días tras el golpe de estado, el apoyo en León al mismo hizo que las milicias gubernamentales se replegasen hacia La Robla. El 31 de julio de 1936 también La Robla fue ocupada por los golpistas. Las crestas y cimas que rodean a esta localidad fueron excavadas de trincheras y refugios desde donde defender el territorio y hostigar al enemigo. Algunos de los mejores restos se conservan en la cima del Fontañán. Trincheras excavadas en la roca, con muros defensivos y huecos por donde vigilar y disparar nos permiten recordar todavía hoy la difícil vida que debieron soportar los milicianos republicanos en esta zona.

 

 

Waypoints:

 

 

 

 

Las fortificaciones de la Guerra Civil:

Tras el golpe de estado del general Franco en julio de 1936, esta primera zona  montañosa de la Cordillera Cantábrica fue escenario de numerosas operaciones militares, tanto por parte de los combatientes del ejército del Gobierno de España como de los sublevados fascistas. Los sublevados conquistan con facilidad toda la zona de la meseta y el frente se estabiliza en agosto de 1936 y no hay grandes combates hasta el 16 de febrero, cuando se inicia un ataque del ejército republicano en esta zona, para distraer a los sublevados franquistas del objetivo republicano que era Oviedo. Toda la primavera y verano de 1937 fueron relativamente tranquilos en estas fortificaciones, hasta la definitiva ofensiva franquista en la zona. El 9 de septiembre los franquistas atacaron la posición de La Muezca, que resistió bien el ataque hasta que los franquistas conquistaron el 11 de septiembre las fortificaciones de la zona del Amargones, un poco al oeste de La Muezca. En ese momento las fuerzas gubernamentales fueron casi cercadas y debieron retirarse. Con la conquista ese día de las fortificaciones defensivas de la zona de Aralla-Cerro Pedroso, de la zona del Amargones-Bustillo y de La Muezca-Fontañán se rompió todo el sistema defensivo republicano y las tropas fascistas conquistaron el valle de Geras-Pola de Gordón y el frente se retiró hacia el norte, a la zona de Villamanín-Puerto de Pajares.

Galería y trinchera de la Peña Muezca: En el camino entre el Collado de las Yeguas y el collado de la antena, en un punto en que hay un cartel explicativo de Cuatro Valles, giramos a la izquierda por un valluco que nos lleva a la cima de Peña Muezca (1652m). Hacia el este, en la vertiente norte de la cima quedan los restos de una gran edificación de piedra y al lado de ésta veremos una galería de unos 25 metros que pasa de la vertiente norte a la sur por debajo de la cumbre. En la vertiente sur hay una gran trinchera en dirección oeste, en la que hay numerosos parapetos y posiciones de tirador. En la zona de la cima y en toda la cresta este veremos algunos refugios excavados en la roca.

Fortificaciones del Fontañán: Situadas unos dos kilómetros al este en la misma cresta. En la vertiente sur, por debajo de la cima vemos una trinchera fortificada con hormigón, con seis troneras de tiradores. De la trinchera sale una galería de unos 10 metros que pasa a la vertiente norte. Muy cerca de ella se encuentra una casamata de hormigón con cuatro troneras para armas automáticas que enfilan a La Robla.

 

 

 

 

Índice de GEO-RUTAS por la Montaña leonesa


Página realizada por
Cristino Torío Fernández,
actualizada en el invierno de 2009