EXCURSIÓN GEOLÓGICA

AVIADOS – PEÑA GALICIA

(CORDILLERA CANTÁBRICA – LEÓN)

La zona a visitar se encuentra en la conocida como Zona Cantábrica, constituida básicamente por materiales precámbricos y paleozoicos, plegados durante la orogenia Hercínica, con una tectónica de tipo epidérmico, carente de metamorfismo, caracterizada por los pliegues y los mantos de despegue o cabalgamientos.

En el recorrido vamos a observar dos series diferenciadas de materiales: una serie de edad devónica y otra que tapa parcialmente a la anterior, de edad carbonífera estefaniense.

Serie del Devónico:

Grupo La Vid: Constituido por pizarras pardas y delgados bancos calcáreos. Las pizarras contiene ocasionalmente niveles ricos en fauna, especialmente braquiópodos, briozoos, pequeños corales solitarios y crinoideos. Se supone que se formaron en un medio marino restringido, tranquilo, pobre en oxígeno, con esporádicos huracanes responsables de la oxigenación de las aguas. Las  capas calizas contienen gran cantidad de crinoideos y se supone que se formaría en un medio marino de energía más elevada.

Formación Santa Lucía: Calizas de tonos grises sin fósiles o con restos de organismos arrecifales (corales y estromatopóridos). Se supone que fueron depositadas en una plataforma marina situada en el margen septentrional de un antiguo continente emplazado en las proximidades del ecuador.

Formación Huergas: De naturaleza predominantemente terrígena, formada por pizarras negras, con nódulos e intercalaciones locales de calizas y areniscas. Se depositarían en una zona de plataforma marina no demasiado alejada de la costa, con aguas poco oxigenadas y quietas. Las areniscas indican aportes procedentes de un área madre emergida.

 

Serie del Estefaniense:

Pertenecen a los materiales que van a constituir la Cuenca minera Ciñera-Matallana. Se trata de una potente serie de conglomerados, areniscas, pizarras y capas de carbón, formadas en un medio sedimentario continental originadas en ambientes cambiantes, torrenciales, fluviales o lacustres. Se presentan discordantemente sobre la serie anterior.

HISTORIA GEOLÓGICA:

Aunque en la zona a visitar tan sólo observaremos materiales del Devónico, podemos decir que la sedimentación sería más o menos contínua desde el Cámbrico al Carbonífero inferior, en medios sedimentarios marinos cambiantes.

En el Namuriense (Carbonífero inferior) empezaron a producirse los primeros síntomas del ciclo orogénico herciniano, con diferenciaciones sedimentarias. A continuación, durante el Westfaliense,  se sucederían los fenómenos que dieron lugar a la estructura fundamental de la Cordillera: el emplazamiento de los mantos, su plegamiento y fracturación. Estos procesos produjeron el levantamiento de la Cordillera, que fue ya sometida a un proceso de erosión cuyo resultado fue el depósito de los materiales detríticos que conformaron las cuencas carboníferas de Ciñera-Matallana y Sabero.

La inexistencia de sedimentos comprendidos entre el Estefaniense y el Cretácico impide reconocer la historia geológica durante este tiempo, pero parece claro que la denudación de la Cordillera continuaría durante el Pérmico y hasta el Cretácico y sólo en parte no volvió a instalarse una cuenca marina.

Un nuevo ciclo orogénico, el Alpino durante el Eoceno superior (Terciario), el rejuego de las fracturas antiguas de trazado E-O determinó de nuevo el levantamiento del bloque cantábrico, origen del relieve actual, y el drenaje fluvial rellenó el área deprimida de la Cuenca del Duero, proceso que continúa en la actualidad.

DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO

Comenzamos la excursión en la localidad de Aviados, caminando hacia la parte alta del pueblo, pasando por un pequeño desfiladero entre dos farallones rocosos calizos. En el de la derecha se puede ver los restos de un antiguo castillo, y en el de la izquierda una pequeña escuela de escalada. La senda atraviesa el desfiladero y llega a una chopera donde realmente comienza el itinerario.

Desde la chopera se pueden ver los materiales carboníferos estefanienses discordantes sobre la serie devónica, que se evidencian por la existencia de dos minas abandonadas y y varias escombreras en las que se pueden encontrar fósiles de plantas. Al principio del itinerario pueden observarse varias fallas en el terreno, con un buen ejemplo se sitúa en la ladera de la derecha según se asciende. El propio valle por el que se asciende está excavado en la zona de debilidad de una falla.

Tras los materiales carboníferos, y siempre siguiendo hacia el norte, nos encontramos con la parte superior del Grupo La Vid, constituido por pizarras pardas y delgados bancos calcáreos. Las pizarras contienen ocasionales niveles ricos en fauna, especialmente braquiópodos, briozoos, pequeños corales solitarios y crinoideos.

A continuación se observa una serie potente de calizas, la Formación Santa Lucía, calizas de tonos grises sin fósiles o con restos de organismos arrecifales (corales y estromatopóridos). Sobre el terreno se han señalado mediante números negros enmarcados en un círculo blanco tres capas en las cuales puede observarse el carácter arrecifal de la formación.

La capa marcada como 1 (especialmente visible en el lado izquierdo según se sube), es un estrato de 1,5 m de espesor, en el cual aparecen numerosos restos fósiles de corales (formas constituidas por tubos poligonales) y esponjas del grupo Estromatopóridos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre la capa 1 aparecen sin marcar varios estratos con aspecto laminado, debido a la acción de algas que vivían en un medio litoral (de playa o próximo) formando extensas alfombras que atrapaban las partículas sedimentarias que caían sobre ellas. Al ser estas capas de medio de playa, se interpreta que el estrato de organismos removilizados sería el resultado de una tormenta que arrancó los organismos o sus cadáveres del lugar de origen y los acumuló de forma caótica en las proximidades de la playa.

Capa 2: Marcada en la ladera de la derecha según se sube. Refleja un ambiente arrecifal en el que sí habitaban organismos. A lo largo de toda la ladera pueden observarse multitud de colonias de corales y bases calcáreas de esponjas. Los organismos aparecen en posición de vida y no flotando caóticamente en una matriz como los de la capa 1.

Capa 3: También en la ladera derecha según se asciende. En ella aparece una colonia de corales ramificados en posición similar a la que tendrían en vida.

Las calizas de Santa Lucía fueron depositadas en una plataforma marina situda en el margen septentrional de un antiguo continente situado en las proximidades del ecuador. En la parte que nosotros visitamos aparecen los materiales depositados en la parte más externa (hacia mar abierto) donde la energía del medio y las condiciones climáticas permitieron el desarrollo de fauna arrecifal. Tan sólo las capas más antiguas, como la capa 1, son propias de un medio más litoral. Las diferencias en el medio de depósito a medida que avanzamos en el tiempo son debidas a variaciones en el nivel del mar, debido a un cambio eustático en este caso de carácter transgresivo.

 

Sobre la formación Santa Lucía se sitúa la formación Huergas, formada por pizarras negras con intercalaciones de calizas y areniscas. La diferencia de litología permite ver el límite, muy neto, entre las dos formaciones. Además, se puede apreciar este cambio por la vegetación. Sobre las calizas desnudas de la formación Santa Lucía nos encontramos con un robledal que ocupa toda la superficie de afloramiento de la formación Huergas.

 

Desde este punto podemos observar ya el sinclinal de Peña Galicia, bien marcado por sus dos flancos de caliza de Santa Lucía. En el centro del bosque, hacia el noroeste, podemos ver el núcleo del sinclinal, formado por un serie caliza más antigua que la formación Huergas, lo cual nos indica que se encuentra cabalgando sobre la misma. La formación Láncara se trata de una serie caliza depositada en el Cámbrico en un medio supralitoral o intermareal.

 

Nuestro recorrido continúa atravesando el bosque hacia el este y ascendiendo luego a la cima de Peña Galicia (1659 m) por su ladera derecha. Desde la cima podemos seguir el borde del sinclinal hasta la cima norte, viendo como se repiten al otro lado las formaciones La Vid, Santa Lucía y Huergas, que al ser la más moderna queda en el núcleo del sinclinal.

 

Desde la cima podemos observar por un lado todo el valle del Curueño y Porma con sus formas de actividad fluvial. Hacia el noroeste podemos observar el pico Polvoreda o Correcillas (2011 m), con unos pliegues bien visibles en su lader sur sobre la caliza Namuriense (Carbonífero) de la formación Barcaliente. Hacia el noreste podemos ver la Peña Valdorria, de calizas masivas de la formación Valdeteja, también Namuriense.

Hacia el este y oeste podemos observar una buena parte de la Cordillera Cantábrica, desde el macizo de Peña Ubiña hasta los Picos de Europa.

Hacia el sur se adivina la depresión de la Cuenca del Duero tras las capas de arcillas y conglomerados del Terciario que nos quedan en primer término.

Estos fósiles destacan cláramente sobre la caliza gris debido a que un fenómenos de silicificación (reemplazamiento de la calcita original por sílice) les confiere tonos ocres o marrones y mayor resistencia a la erosión.Estos fósiles no se encuentran en en posición de vida, sino volcados y transportados hasta esta posición.