Situación
Un poco de Historia
Fotos
El Infantado del Torío
Los otros pueblos
Turismo y actividades
Otras páginas de interés
Estás visitando la página de
 

Villaverde de Arriba
(Infantado del Torío, León, España)

SAN FELIZ DE TORÍO
 
El nombre de San Feliz es un Hagiotpónimo, o sea, pueblo que lleva el nombre de un santo. En la actualidad solamente queda éste de San Feliz, en toda la ribera. Handesaparecido San Andrés de Milleras, al oeste de Pardavé, San Julián de Ruiforco, con su monasterio y el monasterio de San Cosme y San Damián, «in suburbio legionense, in rivulo Turio».
En todo el Torío se le tenía mucha devoción a San Félix, mártir de Gerona, con fiesta el 1 de agosto, celebrada en San Feliz, en Villaquilambre, en Pardavé, en Matallana y en Villalfeide.
Al implantarse en España el rito romano, con la supresión del mozárabe o hispano, bajo la influencia de los cluniacenses, traídos por Alfonso VI, tuvo lugar un cambio de titulares parroquiales. En este pueblo de San Feliz se le había dado siempre culto a San Félix, pero desde el año 1080, fecha de ese cambio ritual, los santos romanos o de simpatía romana fueron desplazando a varios de tradición española. La fiesta de San Félix fue sustituida por la de San Pedro «AD VINCULA», puesta el mismo día, quedando San Félix solamente como titular del pueblo.
De todas maneras aún se conserva en el retablo mayor de la parroquia, la imagen de su primitivo patrón

¿Cuándo fue fundado San Feliz? No existen documentos que comprueben este hecho, pero es muy posible que tuviera lugar en los días de Alfonso III (866-910), promotor de la repoblación en esta ribera, encomendada al monasterio de San Julián de Ruiforco y al de Santa María de Manzaneda.
En el siglo x se cita este pueblo de San Feliz, en varios documentos. Así, en 951, se resuelve un pleito habido entre el abad Severo del monasterio de San Cosme y San Damián, y un tal Velasco Hanniz, presunto heredero de unas tierras, que habían sido donadas anteriormente a dicho monasterio.
Los contendientes acudieron, en acción judicial, al rey Ordoño III. Fueron a verle a Simancas, donde se hallaba transitoriamente. El rey les citó para celebrar el juicio en León, después de ser presentadas pruebas y alegatos por ambas partes. Debía celebrarse dicho juicio el día 31 de julio del año 951, con la advertencia de que si él no hubiera llegado en esa fecha delegaba en el obispo de León y en su Consejo para que estudiasen el caso y diesen sentencia, según creyesen razonable y legal. Como era presumible, no llegó el rey en la fecha indicada. Los contendientes buscaron al obispo don Gonzalo al día siguiente, y lo encontraron en el pueblo de San Feliz reunido «in concilio cum clero», celebrando la fiesta del santo patrono parroquial, día de San Félix, y tratando asuntos de la Diócesis. Era el día 1 de agosto, día de San Félix. El obispo, después de la asamblea, estudió el asunto de la herencia, y sentenció en favor del monasterio de San Cosme y San Damián, apoyándose en la Lex romana visigotorum.

«Una pequeña Universidad popular» en San Feliz

 En San Feliz de Torío se fundó una Preceptoría o Seminario Menor el año 1747, bajo la iniciativa y a expensas del teniente alcalde de Granada, don Francisco Gutiérrez de Castilla, natural de León y oriundo de San Feliz.
Esta fundación se denominaba OBRA PIA y comprendía dos secciones: Enseñanza de Gramática y Humanidades y de Primeras Letras. Las tareas docentes eran dirigidas por un catedrático y por un maestro, respectivamente.
En aquellos tiempos no había escuelas ni otros centros de enseñanza en todos estos contornos. Solamente algún maestro temporero contratado por algunos pueblos realizaba estas tareas elementales durante las noches de invierno.
A este centro de San Feliz acudían jóvenes de estos contornos de la ribera. En la sección de Gramática y Humanidades se preparaban, durante cuatro cursos, para ingresar en el Seminario Mayor de León. Muchos jóvenes se iniciaban aquí en los estudios más importantes para ir a otras carreras o para emigrar a lejanas tierras en busca de negocios.
Aquí se inició la «protección escolar» que tanto auge alcanzó en los tiempos modernos. La Obra Pía concedía pensiones y pagaba todos los gastos a los alumnos aventajados, que ingresaban en las Universidades de Valladolid o de Salamanca.